Hace unos días Yolanda se puso en contacto con nosotros para pedirnos asesoramiento a través de nuestro servicio de consultoría energética gratuita sobre unos supuestos “radiadores eléctricos de bajo consumo”. Yolanda había enviado un mail al distribuidor (una gran superficie comercial) con ciertas dudas sobre su eficiencia, está fue parte de la respuesta que recibió:
“El factor de ahorro que podemos encontrar con el emisor de fluido es precisamente la inercia térmica que presenta ese fluido. Su rendimiento es mayor que el de otros radiadores, por este motivo el fluido se calienta y tarda un tiempo en enfriarse, en el que existe radiación de calor sin consumo eléctrico. Pongamos como ejemplo dos materiales: agua y tierra; en este caso el de mayor inercia térmica es el agua, aunque ambos se calienten a la misma temperatura y durante el mismo tiempo, la tierra se enfría antes y el agua desprende calor más lentamente (por eso la suavidad del clima en zonas de costa o cercanas a grandes masas de agua y la mayor oscilación térmica en zonas interiores). Entiéndase para comparar el radiador de aceite (por ejemplo) con el emisor de fluido.”
¡Menuda perla!. No dejamos de sorprendernos con las genialidades del marketing, aunque después de lo del “calor azul” ya está todo visto.
Según la Wikipedia, la inercia térmica es es la propiedad que indica la cantidad de calor que puede conservar un cuerpo y la velocidad con que la cede o absorbe y depende, entre otras cosas, de la masa del cuerpo.
Ésto quiere decir que si caliento un cuerpo con mucha masa, tardará más en enfriarse al retirar la fuente de calor que otro cuerpo con menos masa. Sencillo ¿no?, lo que no dicen los fabricantes de radiadores “ultraeficientes” es que si el cuerpo tiene más inercia, también tarda más tiempo en calentarse.
Veamos un gráfico de temperaturas que podría ser de dos radiadores eléctricos, uno con inercia térmica elevada (radiador de bajo consumo) y otro con baja inercia térmica. Como se puede observar, ambos llegan al mismo nivel de temperaturas, pero al de alta inercia le lleva más tiempo que al otro. También se ve claramente que al apagarlos, el de baja inercia pierde rápidamente su temperatura mientras que su compañero la aguanta un poco más.
¿Dónde está el ahorro de energía?
No existe, simplemente esos minutos de ”calor gratuito” que tenemos al apagar el radiador gracias a la inercia térmica, ya los hemos pagado en forma de un mayor tiempo de calentamiento inicial.
La ecuación es muy sencilla, la energía térmica que ofrece el radiador es la que recibe el ambiente, da igual que lo haga más rápido o más despacio, la eficiencia energética es la misma. O dicho de otra forma, si dos radiadores de 1kW están enchufados 1h, habrán consumido 1kWh y habrán entregado al ambiente aproximadamente 1kWh, no tiene vuelta de hoja. Este es el motivo de que todos los radiadores eléctricos tengan una eficiencia similar.
En este post queremos comparar dos radiadores eléctricos para intentar transmitir que la eficiencia energética en este tipo de equipos es siempre la misma. Además de ésto, como dijimos en una entrada anterior (¿Cuál es el sistema de calefacción más económico?), la calefacción eléctrica es uno de los sistemas más desastrosos para nuestro bolsillo mes a mes, aunque la facilidad y economía de la instalación pueden hacer “picar” a algunos ingenuos.